martes, 1 de septiembre de 2015

Felicitamos a Francisco B. Burló por su publicación “El Misterio de Elche”, en el diario La Verdad de Alicante.

Felicitamos a Francisco B. Burló por su publicación “El Misterio de Elche”, el sábado, 15 de agosto, en el diario La Verdad de Alicante.


El misterio de Elche

FRANCISCO B. BURLO
15 agosto 2015

El teatro medieval surge a partir del culto cristiano, en medio de una mezcla curiosa de paganismo y religiosidad. La iglesia introduce en sus cultos figuraciones visibles de los misterios sagrados, con el fin de hacerlo comprender mejor a los fieles, quienes, por otra parte, son incultos (no sabían leer ni escribir). Estas representaciones litúrgicas con música desembocan en los llamados misterios y otras representaciones profanas, con mezcla de temas religiosos, que pasarían a hacerse, pronto, en lengua romance en los atrios de las iglesias y después, incluso, en las plazas públicas. El equivalente de los misterios españoles y franceses en Italia serían las 'representaciones sagradas', totalmente cantadas. Por otra parte, las mascaradas, danzas y disfraces serán la gran pasión de la época. Fueron muy propias de este periodo las Danzas de la Muerte. Entre todos los dramas litúrgicos españoles, cabe destacar dos en la Comunidad Valenciana: El Misterio de Elche, alicantino y La Visitatio Sepulchri, de Gandía y uno en la Comunidad Balear: El canto a la Sibila. En el teatro religioso medieval la forma cantada precedió a la hablada (sin embargo, en el teatro profano se prefirió la forma hablada ya desde el siglo XII).

Tenemos una oportunidad de oro para presenciar uno de los dramas litúrgicos más importante y galardonado, puesto que los días 14 y 15 de Agosto se escenifica en el interior de la Basílica de Santa María, de Elche, el conocido como 'El Misterio de Elche' o 'El Misteri d'Elx', que representa la Muerte y Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo, y su Coronación. Son muchos los musicólogos e investigadores los que han estudiado a fondo nuestro 'drama' o 'misterio', como José María Vives; no se ponen de acuerdo a la hora de fecharlo, según Mariano Pérez, el célebre Misterio de Elche es del siglo XIV, vinculándolo a la aparición, dentro de un arca de madera, de la imagen de la Virgen en 1370, con un letrero que decía: 'Soc d'Elig', en la costa de Santa Pola; pero según Óscar Esplá, empezó a representarse mucho antes, a partir del siglo XIII, asegurando que encontró un documento datado en el año 1266; esta fecha tampoco es del todo descabellada, puesto que en 1265 fue la conquista del Elche musulmán. Tiene mucho valor ya que aún se sigue representando, pesar de que el Concilio de Trento prohibió la representasen obras teatrales en el interior de templos, pero el Papa Urbano VIII concedió una bula en el año 1632 y se pudo continuar con la representación.

Entre las características que lo definen, hay que destacar:

1. El autor es desconocido, aunque algunos investigadores piensan que se trata del Infante don Juan Manuel.

2. El texto no es demasiado largo: contiene 139 versos en la primera parte y 119 en la segunda. Los versos suelen ser cortos y con una vesificación muy sencilla. Está escrito en valenciano antiguo, a excepción de algunos versos en latín. El más antiguo que se conserva es del año 1709, se trata de una copia del Consueta (cuaderno de apuntes) para los Mestres de la Capella.

3. La música tiene unos bellos cantos monódicos, procedentes del canto gregoriano o agregorianado, e incluso de la liturgia mozárabe y otros que son a varias voces, incorporados en el siglo XVI por tres grandes polifonistas españoles: Lluis Vich, Antonio Ribera y Ginés Pérez de la Parra. Acompañan algunos instrumentos, que también realizan preludios o interludios.

4. Los personajes están asumidos por varones, incluso el papel de la Virgen, que lo hace un niño, lo que da cuenta de la fuerza que tiene la tradición litúrgico-medieval, puesto que las mujeres no podían actuar.

5. Los múltiples reconocimientos que ha recibido son motivos más que suficientes para acudir a ver en directo la representación. Destacan, entre otros: En 2001 la Unesco la declaró Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad e inscribiéndolo en 2008 en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En 1931 fue nombrada Monumento Nacional por el Gobierno de la II República española. En 1980 Fiesta de Interés Turístico Internacional por el Ministerio de Información y Turismo. En 1988 recibió la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña, así como la Corbata de la Orden de Alfonso X el Sabio del Ministerio de Educación y Ciencia. En 1990 obtuvo la Corbata de la Orden de Isabel la Católica del Ministerio de Asuntos Exteriores...

El acto primero se denomina La Vespra y coincide con el primer día, el 14 de Agosto. La Virgen manifiesta su deseo de reunirse con su Hijo en el cielo. Un ángel baja desde el cielo en la famosa magrana y le anuncia que su deseo ha sido concedido, entregándole una palma. María le dice que desea ser acompañada por los apóstoles en este acontecimiento. Aparece San Juan con el evangelio en la mano y María le anuncia que está pronto su tránsito al cielo, entregándole la palma. A continuación llega San Pedro, con las llaves del cielo. Luego tres apóstoles más, entrando por tres puertas diferentes, se saludan entre sí y cantan sorprendidos por dicha coincidencia (ternari). Se reúnen todos los apóstoles, menos Santo Tomás, y entonan la Salve a la Virgen. La Virgen cae muerta y los apóstoles, con velas encendidas, entonan un canto esperando su resurrección. Las puertas del cielo se abren y cinco ángeles (araceli) descienden cantando a la Madre de Dios. Una vez abajo, toman posesión del alma de María, al tiempo que ascienden de nuevo entonando los mismos cánticos del inicio. El arcipreste de Santa María y los Caballeros suben al cadafal y besan los pies del cuerpo difunto de la Virgen. Les siguen las dos Marías, los ángeles y los apóstoles. Luego, San Juan, coloca sobre María la palma dorada. Concluye el primer acto.

El segundo acto, La Festa, se representa al día siguiente, el 15 de agosto. Se concentran en el cadafal los apóstoles y demás cortejo. San Pedro recoge la palma que descansa sobre el cuerpo de la Virgen y se la entrega a San Juan, todos los discípulos, arrodillados frente al cuerpo de la Virgen, inician el canto 'Flor de virginal bellesa....' preparando así su entierro. Vuelven a levantarse entonando esta vez el salmo In exitu Israel d'Egipto. Un grupo de judíos aparece en escena al inicio del corredor. Al enterarse del motivo deciden atacar al grupo para raptar el cuerpo sin vida de María. Este es uno de los números más emocionantes que transcurre: El Gran Rabino interrumpe amenazante el salmo que los apóstoles están entonando. San Juan y San Pedro intentan impedir el sacrilegio, pero consiguen llegar arriba del cadafal y acercarse al cuerpo yacente de María. Uno de ellos, tratando de cogerlo, ve cómo sus propias manos se paralizan. Los demás, testigos del milagro, caen de rodillas, abrumados y contritos. Cantan, entonces, suplicando a Dios su ayuda y piden ser bautizados, cosa que hace San Pedro. Los judíos se muestran contentos y comienzan a cantar, dando gracias a la Virgen, Cantem, Senyors. Que cantarem?.... Esta pieza está sacada del Cancionero Musical de Palacio, arreglada por Lluis Vich, que fue maestro de capilla de Elche. Uno de ellos, con una cruz alzada, da comienzo a la procesión que culminará con el entierro de María. Suena el órgano y las puertas del cielo se vuelven a abrir para que el araceli descienda con el alma de la Virgen; los ángeles cantan, anunciando la resurrección de María. Aparece Santo Tomás aparece, explicando que regresa de predicar en la India, entra en la iglesia, acompañado por los Caballeros. Éste demuestra su disgusto por no haber asistido al sepelio, entonando un canto donde implora perdón a la Virgen. El cielo, entonces, se vuelve a abrir y Dios Padre, acompañado de la Santísima Trinidad, comienza a bajar. Éste, llevando en sus manos una corona dorada, la pone en la cabeza de María. Una lluvia dorada llena la escena, las campanas del templo repican y una salva de cohetes se lanza, mientras espectadores y actores culminan la representación clamando Visca la Mare de Déu! La Santísima Trinidad y el Araceli han subido al cielo. Los apóstoles, junto a los judíos, entonan el Gloria Patri. Este final es apoteósico y hace derramar lágrimas de emoción a casi todo el que contempla esta representación.

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